¿Alguna vez te has preguntado cómo el ejercicio físico puede cambiar tu vida y la de tus hijos? En un mundo cada vez más competitivo, en el que vivimos a cámara rápida e intentando dar el 100% de nosotros, a veces nos olvidamos de lo más sencillo y esencial. Y es que el ejercicio físico regular es salud, física y emocional. ¿No crees que merece la pena dedicarle algo de tiempo de nuestras ajetreadas vidas? Sí, aunque tengamos que quitárselo a otras cosas. 

Seguramente sabrás que la actividad física regular en la infancia previene enfermedades crónicas muy frecuentes (obesidad, hipertensión, diabetes, cáncer…). Según datos de la OMS (Organización Mundial de la Salud), las personas con un nivel insuficiente de actividad física, tienen un riesgo de muerte entre un 20 y un 30% mayor. El ejercicio físico favorece el fortalecimiento de los músculos y el aumento de la masa ósea.

Pero es que, además de los evidentes beneficios físicos, también nos aporta numerosos beneficios a nivel mental, tanto a niños como a adultos. Disminuye el estrés y mejora la calidad del sueño. Aumenta la autoestima, hace que nos sintamos mejor y tengamos mayor confianza en nosotros mismos. Nos ayuda a concentrarnos, a ser más eficientes, en niños está demostrado que mejora el rendimiento académico. Cómo ya imaginarás, la infancia es un periodo crítico para el desarrollo cognitivo. El cerebro se desarrolla y madura muy rápido en esta etapa, lo que le hace especialmente sensible a influencias ambientales, tanto positivas como negativas. El ejercicio físico mejora la circulación a nivel de los diferentes órganos, también del cerebro, lo cual se traduce en un mayor aporte de oxígeno y nutrientes. Estimula la maduración de las áreas motoras del cerebro, lo cual mejora el desarrollo motor.  Hay estudios que demuestran que la práctica regular de actividad física en niños podría estar asociada a cambios estructurales a nivel cerebral, que conllevarían  un mejor funcionamiento cognitivo a diferentes niveles: la atención, la memoria de trabajo y viso-espacial…Incluso parece que contribuiría a mejorar la función verbal, facilitando el aprendizaje de otros idiomas, proporcionando un lenguaje más rico y mejorando la comprensión. 

En definitiva, el ejercicio nos aporta salud, a nivel físico y mental. Proporciona esa sensación de orgullo y bienestar difícil de igualar. Si la has experimentado alguna vez, sabrás de lo que hablamos. ¿Necesitas más motivos para incorporar este hábito a vuestra rutina?

¿Desde cuándo?

Desde pequeños es bueno que se mantengan activos, por supuesto siempre adaptando el tipo y la intensidad de la actividad a la edad y capacidades del niño. Según las recomendaciones de la OMS

-Los lactantes menores de 1 año deberían realizar actividades físicas varias veces al día, especialmente fomentando el juego en el suelo y la posición en decúbito prono (boca abajo) siempre bajo supervisión. Ejemplos: juego en el suelo o en el agua, enseñarle objetos para que los coja, movimientos de brazos y piernas, arrastrarse, gatear…

-En niños de 1 a 5 años se recomiendan al menos 180 minutos de actividad física, de intensidad moderada a intensa, repartidos a lo largo del día. Algunos ejemplos: pasear, montar en bicicleta, correr, saltar, columpiarse…

-Los niños y adolescentes de 5 a 17 años deberían realizar un mínimo de 60 minutos diarios de actividad física moderada-intensa, incluyendo ejercicios de fortalecimiento óseo y muscular al menos 3 veces por semana.  

Según datos del estudio PASOS 2019 (Physical Activity, Sedentarism and Obesity of Spanish youth) llevado a cabo por la Gasol Foundation, el 63% de la población de 8 a 16 años no cumple la recomendación de la OMS de realizar un mínimo de 60 minutos diarios de actividad física moderada-vigorosa. Esto sucede principalmente en el sexo femenino (70% de incumplimiento frente al 56% en varones). También se observa que conforme los niños van creciendo, disminuye el tiempo dedicado a practicar actividad física.   

¿Qué deporte? ¿Cómo iniciarles?

¡Estamos de suerte! Ya que a la mayoría de niños, de base, les gusta el ejercicio. La actividad física hace que liberemos endorfinas, las hormonas del bienestar y del placer. El mejor deporte para tu hijo es el que más le guste. La clave del éxito es que disfrute haciéndolo. Es más recomendable que practiquen distintos tipos de actividad física, más que “especializar” al niño en un deporte concreto. Practicar distintos deportes, tanto individuales como colectivos, les aporta mayor posibilidad de desarrollo motor y expresividad creativa. 

Los deportes individuales mejoran la autoestima, la capacidad de control de frustraciones…Mientras que los colectivos favorecen las relaciones sociales, el trabajo en equipo, la función de liderazgo…Les enseñan desde pequeños a gestionar tanto la victoria como el fracaso.  

¿Y si al niño no le gusta el ejercicio? ¿Cómo motivarle? 

-Lo mejor que puedes hacer es predicar con el ejemplo. Que te vean haciendo deporte. Intenta planificar alguna actividad en familia con la que disfrutéis todos. Todo cuenta: pasear, ruta por el campo, salir en bicicleta, bailar en el salón de casa…

Niña practicando deporte con su madre
Practicar ejercicio con ellos es la mejor forma de motivarles. Fuente: Pexels

-Habla bien del ejercicio delante de ellos: comenta lo bien que te encuentras después, la energía que tienes, lo orgulloso/a que te sientes después de vencer la pereza y completar alguna actividad…

-Marcad objetivos realistas e intentad cumplirlos, celebrando después con ellos cada pequeño logro. 

-Participa en el juego o la actividad física de tus hijos. Aunque no te guste el fútbol, si a ellos sí, muestra interés, ve a los partidos (aunque sea a algunos, sabemos que es duro madrugar los sábados…), acompáñales a los entrenamientos…

-Enséñales las normas de seguridad básicas cuando practiquéis deporte y asegúrate de que utilicen la protección adecuada en cada caso. 

Para terminar algunos ejemplos de cuentas de YouTube/Instagram que os pueden ser útiles:

Por supuesto siempre debes adaptar el tipo de actividad y la intensidad al nivel y las preferencias del niño. La idea es que le guste y que desarrolle un hábito, no que compita en los Juegos Olímpicos.

Merece la pena invertir tiempo en inculcarles algo que nos hace sentir tan bien. Además ya sabes, los hábitos que se inician en la infancia, es más probable que se mantengan en la adolescencia y edad adulta.  

#posdatatupediatra

Bibliografía: