La publicación anterior la dedicamos a la alergia a las proteínas de leche de vaca (APLV), por ser la alergia alimentaria más frecuente en niños menores de un año. 

Decíamos que se trata de una respuesta inapropiada del sistema inmune del niño  a las proteínas de la leche y se clasifica en:

Hoy nos centraremos en la APLV mediada por IgE. 

Si en la APLV no IgE mediada decíamos que los síntomas tardaban más tiempo en aparecer y eran principalmente digestivos, en la APLV IgE mediada los síntomas aparecen rápidamente tras la ingesta o el contacto con la leche (desde pocos minutos, a dos horas después) y afectan fundamentalmente a la piel, aunque también puede haber síntomas digestivos, respiratorios o afectación de varios órganos o sistemas. Podemos encontrar:

¿Cómo se diagnostica una APLV IgE mediada?

Como decíamos en la publicación anterior, si el niño presenta síntomas compatibles, lo primero que se debe hacer es una prueba de exclusión: es decir, retirar el alérgeno (en este caso la leche) de la dieta del niño y ver si los síntomas mejoran. Para información más detallada, os remitimos a nuestra anterior publicación en la que explicamos exactamente en qué consiste y cómo se hace la prueba de exclusión.

Fuente: Pexels

Si los síntomas mejoran o desaparecen tras la retirada de la leche, el siguiente paso, si sospechamos una APLV IgE mediada, es estudiar si efectivamente existe una sensibilización a las proteínas de la leche. Esto lo podemos hacer básicamente con dos tipos de pruebas:

Como explicamos en el caso de la APLV no mediada por IgE, el diagnóstico se debe confirmar con una prueba de provocación. En el caso de la alergia mediada por IgE, esta prueba se realiza en medio hospitalario. Consiste en ir ofreciendo al niño cantidades crecientes de leche cada 30 minutos, comenzando por dosis muy bajas, y observar la aparición de síntomas. Es una prueba larga, ya que el niño deberá permanecer en observación unas 2 horas aproximadamente ante la posibilidad de que se presenten reacciones tardías. En el momento en el que aparezcan síntomas, la prueba se considera positiva y se confirma el diagnóstico. 

¿Cuál es el tratamiento?

Al igual que comentamos en el caso de la APLV no mediada por IgE, el único tratamiento es retirar completamente la leche y derivados de la dieta del niño. Si es un niño amamantado, la madre deberá retirar por completo los lácteos y derivados de su dieta; si el niño toma fórmula, ésta deberá sustituirse por una fórmula extensamente hidrolizada. 

¿Hasta cuándo…?

La inmensa mayoría de niños acaban tolerando la leche después de un periodo variable. En el caso de la alergia mediada por IgE, aproximadamente el 90% de los niños la habrán superado a los 6 años de vida. En la alergia NO mediada por IgE, habitualmente la tolerancia se consigue antes.

Cada cierto tiempo (normalmente 6-12 meses) según la severidad de los síntomas iniciales, se repetirán las pruebas cutáneas y/o analíticas y, en función de los resultados, se planteará realizar una provocación para ver si se ha logrado la tolerancia. 

¿Y si no tolera?

En algunos casos, si la alergia IgE mediada no desaparece, se puede plantear lo que se conoce como “desensibilización” o “inmunoterapia oral”. Consiste en ir ofreciendo diariamente leche, al principio en cantidades muy pequeñas, e ir aumentando esta cantidad progresivamente, hasta llegar a las dosis habituales (un vaso de leche o lo máximo tolerado). En cualquier caso, la desensibilización siempre debe ser pautada y supervisada por un profesional médico. 

¿Es lo mismo tener alergia a las proteínas de la leche que estar sensibilizado?

No. La sensibilización a las proteínas de la leche quiere decir  que se tienen anticuerpos IgE frente a dichas proteínas (que se pueden detectar bien con las pruebas cutáneas, bien con un análisis de sangre). Ser alérgico a las proteínas de la leche, implica que además de tener estos anticuerpos IgE, el niño presenta síntomas al ingerir o tener contacto con la leche. Hay niños que con el transcurso del tiempo logran tolerar la leche y sin embargo siguen teniendo anticuerpos IgE, es decir, siguen estando sensibilizados. 

¿Se debe adelantar/retrasar la introducción de otros alimentos?

No, las pautas para la introducción de la alimentación complementaria son las mismas que para cualquier niño no alérgico. 

Si mi niño tiene APLV mediada por IgE ¿tiene más riesgo de padecer otras alergias?

Estos niños tienen mayor riesgo de desarrollar alergias a otros alimentos y también a alérgenos ambientales en un futuro. Este riesgo es sobre todo más alto en niños que presentan lo que denominamos “fenotipo atópico” (dermatitis atópica, rinitis, asma).

Esperamos que este artículo os sirva de ayuda! Recordad que podéis completar toda la información de alergia a las proteínas de la leche con nuestra publicación anterior.

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